Paneles Solares

Una de las principales fuentes de energía distribuida es la energía solar fotovoltaica, producida por los paneles solares en los tejados de edificaciones. Se trata de una tecnología que está creciendo con rapidez, doblando su capacidad total instalada aproximadamente cada dos años. Existe una amplia gama de sistemas fotovoltaicos, desde pequeñas instalaciones en tejados residenciales o comerciales, instalaciones integradas en edificios, y plantas fotovoltaicas de conexión a red a gran escala.

La tecnología fotovoltaica predominante es el silicio cristalino, mientras que la tecnología de célula solar de película fina cuenta con aproximadamente el 10% del mercado. En los últimos años, la energía solar fotovoltaica ha mejorado su eficiencia de conversión de energía lumínica en electricidad, reduciendo los costes de instalación (vatio pico) e incrementando a su vez la tasa de retorno energético, habiendo ya alcanzado la paridad de red (esto es, la producción de electricidad a un coste inferior o igual al precio generalista de la electricidad de la red) en al menos 19 países en 2014.

Como la mayoría de las energías renovables, y al contrario que el carbón o la energía nuclear, la energía fotovoltaica es variable y no gestionable, pero entre sus ventajas se encuentran la ausencia de costes del combustible (la radiación solar), su nula contaminación durante la fase de operación, así como su fiabilidad y seguridad. Tiene su máximo pico de producción en torno al mediodía solar y su factor de capacidad se sitúa en torno al 20%.

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